domingo, 16 de junio de 2013

En realidad, a veces solo tienes que cagarla para darte cuenta de quien está contigo, no solo en las buenas, si no también en las malas. Ayer me pasó algo, y me di cuenta que la persona en la que más confío del mundo no estuvo ahí para ayudarme, yo tenía miedo, y estaba aturdida y sola. La persona que estuvo conmigo, ayudándome, hablándome y haciéndome compañía era otra amiga, en la que nunca deposité mucha confianza y que me he dado cuenta de que vale más de lo que yo pensaba. Sí, yo estaba muy muy borracha, me encontraba mareada, no veía nada y creía que iba a desmayarme. La persona que yo creía que de verdad podía confiar para lo bueno y lo malo estaba bailando en un pub mientras yo estaba tirada, vomitando y sin poder levantarme con ésta amiga que os mencioné antes. Os cuento esto porque quiero que veáis, que a veces, quien menos pensáis, puede sorprenderos.

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