martes, 23 de septiembre de 2014

Mi vida se ha quedado estancada en un extraño bucle que me hace plantearme muchas cosas. Siempre la misma historia, misma gente, rutina, vueltas en la cama y conversaciones de ascensor. 
Hay una canción que dice algo así como que siempre estamos en estado de espera, y en eso se ha convertido mi vida, esperando cosas sin disfrutar de lo que tengo delante. 
En unas semanas estaré entre plantas de hospital, viendo pasar camillas con personas a las que se les escapa la vida, niños que pasarán parte de su infancia en una habitación blanca y sosa con ese característico olor que te revuelve el estómago, personas mayores que te cuentas historias de su vida que sus nietos ya no quieren escuchar, y enfermeras cansadas y de mal humor que quitan las ganas de vivir a cualquiera. En fin.
Ya no sé qué esperar de esto... o de mi.
La curiosidad mató al gato, pero el gato murió sabiendo lo que quería saber.