jueves, 9 de junio de 2016

Adolescencia

Quería escribir sobre esto desde hacía tiempo, pero quería esperar a acabar del todo esa etapa de mi vida. Esto es solo mi experiencia en mi adolescencia, la comparto para que no dejéis que os pase lo mismo.
¿Sabéis? Nunca fui la más popular, ni la más guapa o la más inteligente, al contrario, no destacaba en nada. Excepto en ser la rara. 
Iba a un colegio de monjas, a una clase con la que me llevé unos 10 años, aproximadamente, bien, pues nunca encajé. Había días que acababa llorando, que me metía en los baños a desayunar porque no tenía ni un solo amigo con el que sentarme en el patio. He llegado a irme de clase diciéndole al profesor que me encontraba mal (esto ya en 4° de la ESO) porque todos estaban en grupos, charlando en hora libre, y yo no tenía con quien, estaba completamente sola. Era objeto de burla constante, de risas y de insultos, de bromas que a todos les parecían graciosas menos a mi.  Llegué al punto de provocarme vómitos y dejar de comer, porque dejé de gustarme a mi misma.
 Un año tuve un 'amigo' en clase, que no me invitaba nunca cuando hacía planes con los de la clase porque 'Marta, si vienes tú, nadie va a querer venir.' Los chicos con los que hablaba y bromeaba cuando era más pequeña, los últimos cursos, me trataban como una mierda, y las chicas siempre lo hicieron. Sufrí estos acosos casi a diario hasta que terminé los estudios. Esa misma gente, ahora pone posts en Facebook con vídeos contra el bullying infantil, ¿sabéis qué? Que os den por culo a todos, hipócritas, nunca encajé, es cierto, pero a día de hoy sigo siendo la misma, renovada y mejorada, cada día más fuerte y más orgullosa de haber superado esos años turbios rodeada de personas que ahora me comentan en fotos de redes sociales porque 'estoy guapísima', que me miran asombrados por la calle, o aplauden mi personalidad reivindicativa y mi forma de pensar desde detrás de las pantallas de sus móviles. Si sigo aquí, si sigo viva, sana, fuerte y segura de mi misma es gracias a mi, y a los amigos que he ido haciendo a lo largo de este tiempo. 
Con esto quiero deciros, que por muy mal que veáis las cosas, en estas situaciones, nunca dejéis de estudiar, de luchar, y sobretodo de ser vosotros mismos. Sois maravillosos.

martes, 20 de octubre de 2015

Arriesgaos.

(Leer con Angel-Massive attack sonando)
Hace tiempo que no escribo, miento, siempre escribo, pero no para vosotros, escribo para mi, para mi alma. Ahora mismo os escribo desde un sótano bebiendo cerveza, en Londres, sí, en Londres, por qué no? Eso me dije a mi misma "Por qué no? Por qué no abandonar todo lo que he construido durante estos 19 inviernos que han sido toda mi vida, dejarlo en standby, ya volveré."
Ahora estoy viviendo una etapa de mi vida que no durará mucho más. Estoy perdida, mi mente divaga muy rápido y hacia ningún sitio en concreto, a veces me da miedo y otras me lanzo al vacío como si abajo hubiese esperándome alguien para cogerme en sus brazos y llevarme a un lugar seguro, pero no es así, estoy sola en esto, y si salto, sé que no habrá nadie para salvarme, y tampoco sabré volver a subir. No sé exactamente por qué os cuento esto, pero necesitaba escribiros.
Es como si tuviera cien puertas para abrir y ninguna llave, no sé si me entendéis. También hay personas llave en la vida sabéis? Esas personas que te hacen las cosas fáciles, que son la clave para poder seguir. Vale, no se pueden comparar a las personas con llaves, estoy borracha, dejadme en paz.
Este sótano es como mi vida, sin sentido concreto, desordenado, sin buscar nada más que acumular, ya sean trastos o en mi caso experiencias, copas, polvos, tinta en la piel, besos, miradas, me encanta acumular miradas, esa gente que te mira con intriga, con gracia, con ganas de comerte, yo que sé, las miradas son reveladoras, revelan el sentido, el por qué. A todo ésto, se me olvidaba para qué os escribía, esperad, que me lío un cigarrillo.
Me gustan los bajos de esta canción, me recuerdan al sexo, bueno, a hacer el amor, pero de verdad, de sentirte llena, del que apetece, de el de abrazarte después, bajo el edredón, me recuerda a ella. A cantar a pleno pulmón sin temor a que nadie te mire, cerrar los ojos y sonreír, hay que probar esas sensaciones.
Voy por la quinta lata de cerveza, el tercer cigarrillo y no tengo ninguna conclusión que daros, solo una: probad, probad cosas distintas, salid de vuestra zona de confort, de la comodidad, arriesgaos.

sábado, 13 de junio de 2015

"Que bonito es despertarse y verte"

Con esta frase, el maquillaje corrido y unos ojos verdes mirándome, desperté esta mañana.
Algo revoloteó en mi estómago al oír esas palabras, o quizás eran los tequilas de ayer. No recuerdo muy bien el final de la noche, me acuerdo ir de bar en bar pidiendo chupitos de tequila, de llegar a casa entre besos y lametones en el cuello con sabor a sal por beber a la mexicana, recuerdo mordiscos en los labios y miradas que lo decían todo.
Cuando llegamos a casa me hizo tumbarme en la cama y me puso una Coronita en la mano, "bebe", me lió un cigarrillo y me lo puso en la boca. Mientras fumaba me iba desnudando, y de repente se perdió entre mis piernas, vueltas, alcohol derramado por las sábanas, caricias, besos, respiraciones entrecortadas, miradas, sonrisas cómplices y gemidos atravesando el aire.
Pero ella no es solo sexo, es risas, es música, es paseos de la mano, es baile, es ese "¿te apetece una cerveza?", es el "quiero tenerla de cuñada" de mi mejor amiga, es la compañera de festivales perfecta, es ese viaje que quiero hacer, es ese beso en la punta de la nariz, es el hombro perfecto para apoyarse, es esa sudadera calentita cuando hace frío, es esa tontería que te hace reír cuando estás mal, es ese cigarro de después del café, es ese "me encantas" que sale de su boca, es... ese "que bonito es despertarse y verte".

jueves, 7 de mayo de 2015

Viajar. Hacer el amor. Besar. Sentir. Respirar aire fresco. Una caricia. Una carcajada. Bailar. Emborracharse. Cantar por la calle. Un regalo. Palabras sinceras. Sorprender. Tocar un instrumento.Un pogo. Jugar. Tu mascota. Un día de sol. Lluvia. Nadar. Un abrazo. El olor de un libro. Un café caliente. Una sonrisa bonita. Darse un baño con alguien. Andar descalzo por la hierba. El olor a tierra mojada. Una calada. La brisa marina. Una foto especial. Una fiesta. Recitar una poesía en voz alta. Un festival inolvidable. Una palabra bonita. Un masaje. Quererse. Que bonito es quererse.
Hace mucho que no escribo, ha sido todo una sucesión de cosas, sentimientos y pensamientos que me ha costado mucho controlar. Pero todo pasa, y aquí estoy otra vez, preparada para todo lo que tenga que venir.
He decidido que voy a tomarme la vida de otra manera, a disfrutar más y a agobiarme menos, sí eso se puede elegir, todas las situaciones dependen de como las veas.
Voy a tomarme más tiempo para mi y para sentirme bien conmigo misma, rodeándome solo de lo que  yo quiera, ¿egoísmo, o amor propio? no lo sé, pero ya está decidido.
He tenido peleas con mi madre, con mi expareja... pero las peores han sido conmigo misma, y ya está bien, no voy a castigarme más por cosas que no puedo cambiar.
Sólo quiero bailar, cantar a pleno pulmón, viajar, vivir festivales y ser feliz. Y eso haré.

martes, 31 de marzo de 2015

Te vas y vienes cual ráfaga de viento
cálida, como los días de verano
y a veces fría como en invierno tu mano,
me haces dudar, y no sé lo que siento.

Yo te espero, te busco y te llamo,
para verte, hacerte el amor,
y que desaparezcas dejando tu perfume embriagador,
como una perra sin amo.

Y sólo queda de ti tu olor,
impregnado en mis dedos,
como cuando me quitas los miedos,
y sólo dejas el dolor.



viernes, 13 de marzo de 2015

Soy feliz.

Soy feliz y tenía que escribirlo.
Soy feliz porque soy libre, tengo unos amigos maravillosos, estoy en una de las mejores épocas de mi vida, las cosas me están yendo bien, estoy conociendo a gente genial, me están saliendo unos planes increíbles, y estoy volviendo a disfrutar de las tardes en casa, los findes con amigos, de la cerveza, del sol, de los abrazos, de la buena compañía...
Soy feliz porque soy otra persona, pero no cualquier persona, soy verdaderamente yo, completa y enteramente yo, sin vivir condicionada y sin ser esclava de nada.
Soy feliz porque estoy segura de que las cosas van a ir a mejor, y si no es así, al menos he ganado la capacidad de recibirlas con una sonrisa, que venga lo que tenga que venir.
Soy feliz porque ahora soy más fuerte, y he aprendido a amoldar mi corazón a los golpes, a apretar los puños y seguir adelante, y sin mirar atrás.
Soy feliz porque he recuperado esas ganas de hacer cosas, de saber más, de querer más. He recuperado las ganas de vivir.
¿Que qué ha cambiado? Nada, mi forma de ver la vida.