martes, 24 de julio de 2012

Hoy, una de mis mejores amigas mirándose a un espejo, me ha preguntado: ¿Por qué no le gusto? Me he parado a pensar un momento, no sabía que responder, una vez yo me pregunté lo mismo, pensaba ¿No le gustaré físicamente? Y de ahí derivó a un ¿Estaré gorda? ¿Soy fea?  Quizá no tenga un cuerpazo. Quizá no tenga una sonrisa bonita, ni unos dientes perfectos, y mis rasgos no sean nada de otro mundo, pero soy así, y no voy a cambiar por una persona, cuando sé que hay gente que me quiere tal y como soy. Después de unos segundos comiéndome  la cabeza, le he dicho: ''Mira, nadie es perfecto. Y cada uno tiene sus defectos que lo hacen único. Y si no es lo suficientemente maduro como para juzgar tu interior en vez de mirar solo por fuera, no te merece. Porque tú eres perfecta tal y como eres, no necesitas cambiar nada de ti.'' Realmente creo que la convencí, porque en el fondo sé que todo eso es verdad. Pero cuando de todas las críticas buenas hay una mala, entonces te paras a pensar: ''¿Por qué no les gusto? ¿Qué me falta? ¿Seré de verdad como dicen?'' Y es ahí cuando llega el caos mental. No debes preocuparte por eso, si no son capaces de aceptarte tal como eres, ¡Que les follen a todos! 

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