Y entonces ocurre...

Te pones a pensar y llegas a la conclusión de que ella es la única que te hace sonreír de esa manera, te alegra el día con una llamada, un mensaje o un "te quiero". Que te encantan cada una de sus virtudes, y de sus defectos, de sus manías y de sus gestos, te encanta ella. Que te saca una sonrisa en los peores momentos, te anima cuando las cosas no van bien, y te acompaña en los buenos ratos. Soporta tus enfados tontos, y tú los suyos. Que te conoce, que sabe cuando estás bien y cuando estás mal por mucho que tú lo quieras ocultar. Que te quiere tal como eres, y tú la quieres por eso, que te hace olvidar el pasado. Que te llena. Y entonces decides que no puedes dejarla escapar.