Obviamente las personas que oigas pronunciar esta frase o parecidas no tienen ni idea de lo que puede llegar a significar un caballo. Nunca han vivido un galopar por la playa, con el viento acariciándote la cara y el pelo agitado. Jamás han sentido esa sensación. No han conectado con un caballo como lo hemos hecho nosotros, lo amantes de estos animales. Una simple mirada sincera, un suave toque de su hocico, un relinchar al verte llegar... eso es lo que día a día me hace darme cuenta de lo mucho que necesito a mi pequeño.
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No es el mejor caballo, no es perfecto, pero todas esas imperfecciones son lo que le hacen tan especial.
Porque tiene un corazón que no le cabe en el pecho, es increíble, porque da todo lo que le pido y más. Juntos, poco a poco, despacito pero con buena letra, vamos consiguiendo nuestros objetivos, nuestras pequeñas victorias, y así es como quiero ir, solo contigo, formando uno, hasta el final.
Porque en todo este tiempo me has enseñado que no hace falta nacer siendo un campeón, que lo verdaderos campeones se forman poco a poco, con la experiencia, el cariño y el apoyo.
Que le quiero muchísimo, y nunca lo cambiaría por nada del mundo.
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